viernes, 26 de octubre de 2012

Mirando al pico Diego de Ocampo


Mirando al pico Diego de Ocampo



El cielo azul llovió lágrimas oscuras.
Preludió que hoy mis ojos pardos no iban a verte.

Y pensaba llenarte las manos de rosas blancas,    
anhelaba en tus luceros nuevamente verme.








No sé por qué la danza de las ramas llora.
Ignoro esa triste mirada que sopla el viento.
Quizás es que te extrañe con el alma inquieta,
quería ver tus labios sonreír al sol inmenso.

El cielo azul extiende en sus nubes peregrinas
las siluetas de libélulas sin alas ni color,
y el Diego de Ocampo no parece sonreír

y tu voz vacilante la ha calcinado el sol.
¡Ay no apareciste con tus ojitos tristes!
Lejos de tus labios, triste, miro al cielo. 











PUERTA CERRADA

"Puerta cerrada"


-Vete, ya es tarde.

-¿Y si quiero quedarme
y ver tus cejas
como corbatas extendidas?;
¿y si quiero quedarme
y saborear las palabras que aún
no ha pronunciado tu boca?;
¿y si quiero quedarme
para oír tu frente de mármol
cantar a tus cabellos
hasta que tu espalda escuche?;
¿ y si quiero quedarme a tu lado
hasta que tus ojos o los míos
se cierren para siempre?

-Vete, ya es tarde.

http://www.lainformacion.com.do/noticias/mirador/9215/daniel-santos-cultiva-la-poesia-con-amor


miércoles, 24 de octubre de 2012


POR LOS LABERINTOS...

                                  
                             A mi querida amiga Keira Cruz            

Por los laberintos
que dejan a muchos teñidos
de colores oscuros,  
se ve ondear tu figura
buscando la salida,
luchando como una foca
por mantener visible
esa sonrisa

que crea tanta fuerza.


Vino la muerte
con sus malos sabores
queriendo desprenderte
de la tierra y no pudo,
y volvió enfurecida
desprendiendo en ti
el trigo que nacía,
pero tú le dijiste
que deseabas aún
escuchar los sonidos

y abriste entonces
nuevamente los ojos,
porque te quedaba vida:
sentir el frío en la nieve.


Desde entonces veo el acero
en tus suaves mejillas,
escucho el acero
en tus firmes pasos
¿o es que estás hecha
de ortiga o de colmillo
de mamut o de lobo,
o de viento de estrellas
o de fuego de sol?

Hay algo que te impulsa
como el viento a las hojas, 
hay algo en tu corazón

que te eleva siempre bien alto,
¡sigue!, ¡sigue!,
¡sigue siempre venciendo!,
porque aprendo de ti
a no mirar hacia atrás.