Cubierto de rocío
Mi corazón
no lo apagan
los fuertes torrentes
de las heridas.
Mientras siga vivo,
seguiré amando el cielo.
Seguiré
levantándome,
y agradecido
mantendré
la sonrisa extendida,
los brazos bien abiertos,
la esperanza firme
como un lirio
cubierto de rocío,
como una tórtola roja
o como una excesiva iguana:
verde y hambrienta.
(Poema suelto, 2010).
Recuerdos
Quisiera perderme
en el cielo estrellado,
en el ocaso del olvido,
en mi corazón desterrado.
Incapaz he sido
de borrar las nubes
que adornaban mi cielo.
En este llanto
mis manos acarician
el espacio de aire
que ocupaban tus senos.
Fácil era ver tus ojos cristalinos,
tus muslos bellos…,
todo tu cuerpo desnudo.
Tú corrías por mis venas;
tú, en las tardes de verano,
en las tardes que dejaste huellas.
Mi río está seco
como las hojas del árbol
que acariciaban tu cuerpo.
Enloquecía con tus besos,
contigo en los días
en los que nos dimos
por completo.
Nunca sentí mi piel tan sola,
nunca como ahora.
No hay nada tuyo,
solo recuerdos que me ahogan.
¡Maldita soledad!
Quisiera olvidarte y no puedo.
Mas bien quisiera verte,
amarte de nuevo.
Yo levanté pasiones
y me caen sufrimientos.
En esta cama la vida floreaba,
la misma cama me sostiene muerto.
Yo fui el amanecer
de tus mañanas,
el ocaso de tus tardes,
la luna de tus noches.
Fui aquel enamorado
que lloraba de alegría,
y ahora llora desolado.
Quisiera perderme
en el cielo sin luna,
quisiera perderme
en la luz de tus brazos.
Tú fuiste mi canto
en las tardes sin lluvia,
hoy eres el viento
que sopla mi llanto.
De Llantos y otros poemas.
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